Contamos con un equipo multidisciplinario conformado por Traumatólogos, Diabetólogos, Clínicos, Cardiólogos, Cirujanos Plásticos y Cirujanos Vasculares con el propósito de lograr salvatajes de pies diabéticos que se puedan llegar a considerar perdidos. La cirugía vascular convencional y endovascular asociado al correcto tratamiento de un equipo altamente entrenado puede llegar a lograr resultados que uno no esperaba.
Nuestra unidad de pie diabético, fue fundada por el Dr Juan Ignacio Pardo, Jefe de Cirugía Vascular y Endovascular del Instituto de Trasplante y Alta Complejidad (Diaverum) y Cirujano Vascular y Endovascular del Sanatorio Mater Dei e Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT).
El pie diabético es una ulceración de los tejidos que forman el pie en pacientes con Diabetes Mellitus. Aparece cuando los niveles de glucosa en sangre son inadecuados y se convierte en úlcera cuando no ha sido bien tratado de forma precoz, por lo que es muy importante que se vigilen los pies de las personas con diabetes. Puede aparecer en, al menos, un 20% de las personas diabéticas.
Es una de las diferentes complicaciones que pueden tener las personas diabéticas. La neuropatía diabética, de hecho, es el primer factor de inicio de la úlcera (junto con pequeños traumatismos y deformidades del pie). Las ulceraciones del pie diabético normalmente se infectan fácilmente y esto, junto con problemas de circulación y afectación de nervios y vasos sanguíneos, aporta menor sangre a los tejidos, pudiendo conllevar gangrena. Esto puede provocar la necesitad de amputar, en casos extremos.
Es muy importante un diagnóstico y tratamiento precoz del pie diabético, ya que puede derivar en una peor ulceración e incluso en tener que amputar la extremidad, en caso de gangrena. Además,el diagnóstico precoz es importante porque más de la mitad de los pacientes pueden no tener síntomas. De hecho, el pie diabético puede ser considerado un marcador pronóstico de la enfermedad.
En el pronóstico del pie diabético, sea favorable o no, es esencial determinar la situación arterial de la extremidad, es decir, si el paciente ha desarrollado la angiopatía de forma concomitante y no tiene pulso en el pie, las posibilidades de curación son menores. En cambio, si se trata de una neuropatía y el pulso “pedio” es palpable, las curas locales podrán aplicarse y el pronóstico no será tan negativo.
El síntoma principal del pie diabético es la aparición de heridas y úlceras en el pie, cosa que hay que controlar y cuidar especialmente. Además de esto, los síntomas habituales del pie diabético son:
Hormigueos y calambres
Ausencia de sensibilidad en los pies
Conversión de las heridas en úlceras
El riesgo más importante para los pacientes diabéticos es la disminución de la sensibilidad y que haya mala circulación en el pie. Esto puede derivar en que se formen úlceras (algunas graves), lo que será la principal causa de posibles amputaciones. La mayoría de heridas son causadas porque se da una disminución de la sensibilidad en el pie, y suelen aparecer en la planta de este o en zonas cercanas al hueso (nudillos y dedos, sobre todo). Por lo tanto, si un paciente diabético ve que tiene una úlcera debe acudir de inmediato al especialista.
Se recomienda realizar una exploración de los pies de todo paciente diabético para detectar una polineuropatía. Esto debe hacerse una vez al año o de manera más frecuente si la persona suele sufrir frecuentemente heridas o úlceras. La exploración del pie diabético debe basarse en una serie de medidas. Así, el especialista deberá estudiar los siguientes parámetros:
Pérdida de sensibilidad
Deformidades del pie.
Hallux valgus.
Dedos en martillo o garra.
Aspecto y posibles alteraciones en el pie, como grietas, heridas, úlceras, piel seca, eccema o micosis.
Aumento de la presión en la planta del pie por callosidades o eritrema.
Enfermedad periférica vascular arterosclerótica.
Análisis de las uñas de los pies: onicomicosis (hongos en las uñas de los pies), cómo están cortadas las uñas (debe ser en línea recta).
El pie diabético aparece cuando los niveles de glucosa en sangre son inadecuados, así como otros factores que suelen darse en muchos pacientes diabéticos (hipertensión arterial, hipercolesterolemia…). Todo esto provoca daños en los vasos sanguíneos y en los nervios, que puede provocar complicaciones en las extremidades inferiores.
Hay varios factores que pueden incidir en el pie diabético. Básicamente son: laneuropatía periférica, la enfermedad vascular periférica y la inmunoopatía.
Así, la neuropatía periférica es la causa más importante del pie diabético. Afecta a los nervios sensoriales (altera la sensibilidad periférica ante estímulos dolorosos) y también los motores, atrofiando los músculos del pie (deformándolo), provocando dedos en martillo, hallux valgus o dedos en garra.
La enfermedad vascular periférica en personas diabéticas se manifiesta con lesiones arterioescleróticas en varias regiones arteriales. De esta forma, las arterias de las extremidades inferiores más afectadas son las tibiales y femoral profunda.
Respecto a la inmunopatía del paciente con diabetes, se refiere a la alteración de la función leucocitaria, como consecuencia de hiperglucemia. Esto favorece la infección de las úlceras.
Es muy importante un programa de prevención para reducir los índices de amputación. Lo primero y más importante es hacer entender al paciente diabético lo que conlleva su enfermedad, la importancia del buen control de la misma y las consecuencias que puede tener si no se realizan unos cuidados correctos.
Las medidas preventivas que debe llevar el paciente son:
Controlar de forma rigurosa los niveles de glucosa
No fumar
Inspeccionar diariamente los pies
Lavar los pies de forma periódica con agua templada
Secar bien los pies
No emplear productos que irriten
Hidratar los pies, evitando el exceso de crema
Cortar y limar las uñas en línea recta
Cuidado de los callos, durezas y uñas gruesas por el podólogo
No caminar descalzo
Inspeccionar los zapatos antes de ponérselos, evitando que haya algo que pueda causar heridas
Cambiarse diariamente los calcetines
Evitar el calzado apretado
No utilizar mantas eléctricas o calentadores, para evitar quemaduras