Se denomina síndrome metabólico a la conjunción de varias enfermedades o factores de riesgo, caracterizada por la presencia de alteraciones como la resistencia a la insulina, que se manifiestan por hiperinsulinismo (niveles altos de insulina en la sangre) y por su asociación con obesidad, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular y dislipemia (niveles altos de colesterol y triglicéridos). La presencia de este síndrome se relaciona con incremento en el deterioro de la salud y consecuente aumento de la mortalidad, transformándose en una de las principales causas de muerte a nivel mundial.
No todas las personas desarrollan las mismas enfermedades que componen el síndrome metabólico, por lo que deben tratarse las enfermedades que se manifiestan.
Las personas con síndrome metabólico tienen un mayor riesgo a largo plazo de desarrollar cardiopatía, accidente cerebrovascular (ictus), diabetes mellitus tipo 2, enfermedad renal y problemas de circulación en las piernas.
Como enfermedad crónica, el síndrome metabólico y la diabetes influyen en muchos aspectos de la vida cotidiana y a su vez, muchos factores pueden determinar su control y desenlace. Es por ello, que en su tratamiento, se requiere la evaluación de aspectos médicos, emocionales y educativos. En varios estudios se ha demostrado que el tratamiento multidisciplinario ha permitido mejorar el control y la prevención de complicaciones de la enfermedad.
Entre el 60 y el 80% de los adultos con enfermedad cardiovascular posee síndrome metabólico, una sumatoria de factores de riesgo como hipertensión arterial, trastornos metabólicos de los hidratos de carbono (glucosa) e hiperlipidemia (elevado nivel de colesterol o triglicéridos). El estudio y manejo integral de estos factores resulta sumamente beneficioso para estos pacientes. La diabetes puede comprometer el funcionamiento de arterias de mayor y menor calibre, lo cual afecta a diferentes órganos tales como el corazón, riñones, ojos y miembros inferiores. Todas estas posibles complicaciones se pueden prevenir con el adecuado control metabólico y de los diferentes factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, dislipemia, tabaquismo).
La cirugía metabólica se puede realizar en pacientes con un IMC menor de 35 kg/m2, ya que el objetivo principal de la misma es el tratamiento de la diabetes y no de la obesidad. En este tipo de cirugía se ha reportado remisión de la diabetes en un 85% de los casos y mejoría en un 15%. Es ideal para pacientes que por algún motivo no pueden llevar de manera correcta su tratamiento o aquellos de difícil control. Es preciso que consulte por su caso para saber si tiene indicación de la misma.
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